El Método de Diagnóstico y Terapia Mecánica (MDT) – McKenzie McKenzie

¿Qué es?
Aunque el método McKenzie está más relacionado por los que no lo conocen o lo conocen poco con ejercicios de extensión y tratamiento, la realidad es que se trata de:
“Un sistema de valoración, tratamiento y prevención de dolores musculoesqueléticos de origen no específico, tanto de columna como de extremidades”, pero ante todo es valoración. Aquí nos referiremos a la columna lumbar.

El Método McKenzie solo es terapéutico si tras la valoración el paciente puede ser clasificado en uno de los síndromes mecánicos descritos por McKenzie.¿Qué tipo de dolores valora?
El método McKenzie valora cualquier tipo de presentación clínica. Su objetivo principal es identificar la presencia de signos de alarma (red flags) que nos alerten de la presencia de patologías espinales serias, o no musculoesqueléticas (grupo 1 del triage de las directrices), lo cual es una contraindicación absoluta al abordaje McKenzie. Para ello es fundamental el uso de la historia clínica.
La presentación clínica puede incluir desde dolores locales en la columna lumbar, a dolores irradiados o referidos, con o sin sintomatología o signos neurológicos.

¿Cómo los valora?
Con el uso de la información recogida en la HISTORIA CLÍNICA y con la EXPLORACIÓN donde emplea las estrategias de carga específicas que son:

  • Movimientos repetidos hasta el final de la amplitud
  • Posiciones estáticas
  • Corrección postural

El Método McKenzie solo es terapéutico si tras la valoración el paciente puede ser clasificado en uno de los síndromes mecánicos descritos por McKenzie.

¿Qué tipo de dolores valora?
El método McKenzie valora cualquier tipo de presentación clínica. Su objetivo principal es identificar la presencia de signos de alarma (red flags) que nos alerten de la presencia de patologías espinales serias, o no musculoesqueléticas , lo cual es una contraindicación absoluta al abordaje McKenzie.

Para ello es fundamental el uso de la historia clínica.
La presentación clínica puede incluir desde dolores locales en la columna lumbar, a dolores irradiados o referidos, con o sin sintomatología o signos neurológicos.

¿Cómo los valora?
Con el uso de la información recogida en la HISTORIA CLÍNICA y con la EXPLORACIÓN donde emplea las estrategias de carga específicas que son:

  • Movimientos repetidos hasta el final de la amplitud
  • Posiciones estáticas
  • Corrección postural.

¿Con qué objetivo?
Con el de evaluar las respuestas de esa estrategia de carga en:

  • La sintomatología
  • La mecánica.

Para qué?
Para identificar aquellos pacientes que tienen una respuesta a esa estrategia de carga y que por lo tanto se pueden beneficiar de un tratamiento con el método McKenzie e identificar aquellos que no son susceptibles de ser tratados con el método, para remitirlos al terapeuta o especialista (p.ej. cirujano), adecuado para una evaluación.

El Método McKenzie, clasifica a los pacientes (según la respuesta a la estrategia de carga) en 3 síndromes mecánicos, que son por orden de prevalencia (May 2006):

  • Síndrome de Derangement (78%)
  • Síndrome de Disfunción (3%)
  • Síndrome Postural (1%)

Si no es posible clasificarlos en uno de los síndromes McKenzie creó otra categoría a la que denomina OTROS (prevalencia 13-17%), y que engloba a patologías más específica u ofrece otras posibilidades.

Estas otras entidades son:

  • Estenosis de canal
  • Espondilolistesis
  • Mecánicamente no concluyente
  • Articulación sacroiliaca
  • Estado de dolor crónico.
  • Dolor de la cintura pélvica (PGP)
  • Articulación de la cadera

.El motivo de hacer distinciones de esas entidades supuestamente fáciles de reconocer es porque justamente su diagnóstico tampoco es siempre exacto ni tienen pruebas gold-standard, y problemas mecánicos pueden presentarse con similitudes a estas pertenecientes a la categoría otros.Por ejemplo, antes de pensar en la articulación sacroiliaca como origen del problema, se recomienda la exclusión previa de un origen lumbar si hay centralización (Laslett 2008). En otro estudio, un grupo de pacientes con espondilolistesis, retrodesplazamiento y traslación sagital normal y el grupo que realizó extensión mostró una mayor mejoría comparado con los que hicieron flexión, independientemente de los hallazgos radiológicos (Spratt et al 1993).

 

El método McKenzie no tiene un abordaje específico para estas entidades. Sin embargo con el método sí que podemos identificarlos y saber que no responden, por lo que no son susceptibles de abordaje terapéutico. Se refleja una vez más el valor principal del método que es la valoración.
En el caso de sospechar un problema de cadera, sí que se podría abordar la misma desde un punto de vista del método para valorarla igualmente como la columna lumbar, ya que McKenzie también se emplea en extremidades.

Fiabilidad de la clasificación en síndromes.
Según un estudio de Clare, Adams y Maher (2005) la fiabilidad de la clasificación McKenzie en pacientes con dolor lumbar es de k = 1.0 y 0.89 para síndromes y sub-síndromes, indicando una fiabilidad excelente.

Hemos hablado también de que para llegar a una clasificación, se utiliza una historia y una exploración. Ambos se realizan con la ayuda de una ficha de valoración estandarizada, y que ha demostrado ser fiable. (Clare, Adams & Maher, 2004)

El Método McKenzie y en modelo conceptual discal
Cuando se habla de McKenzie es imposible desligarlo del modelo discal. Desde el inicio del desarrollo del Método, Robin McKenzie vio como más y más pacientes respondían principalmente a los ejercicios de extensión, incluidos aquellos en los que había un compromiso de la raíz nerviosa. Por aquél entonces, se culpaba de esto a un compromiso en el agujero de conjunción, por lo que se enfatizaba los ejercicios de flexión y fortalecimiento de la pared abdominal para aumentar el espacio disponible, así como evitar la extensión y no crear un cierre del agujero de conjunción. Sin embrago, tras la evidencia clínica que McKenzie observó en sus pacientes, le hizo pensar que quizás la extensión producía un desplazamiento de los tejidos que pudieran estar creando esa compresión, y de todas las posibilidades que se planteó el del desplazamiento del material discal, era el que más sentido tenía, y entonces utilizó este modelo para desarrollar todo su método.

No obstante y a día de hoy, el Método McKenzie no aborda únicamente los problemas de espalda como de origen discal o no, sino que ha evolucionado a ser un sistema de valoración de presentaciones clínicas y su respuesta sintomática y mecánica a la estrategia de carga, independientemente del origen del dolor.

Lo que es evidente es que la causa puede:afectarse corregirse con esa carga mecánica.El modelo dinámico discal durante los años ha ido evolucionando, y “parece” que pueda justificar algunas de las presentaciones clínicas evaluadas con el método, sin embargo un estudio reciente (Kolber y Hanney 2009)recalca la falta de evidencia suficiente para afirmar que el movimiento delmateriadiscal sea una explicación en discos sintomáticos y degenerados y por eso concluye que “Por último los terapeutas einvestigadores deben basar sus intervenciones en respuestas del paciente como centralización y periferalización como defienden McKenzie y otros investigadores y no en una teoría biomecánicaMientras que es deseable tener una explicación biomecánica subyacente para los efectos de nuestras intervenciones, la respuesta del paciente debe dictar la selección de las intervenciones

Debido al problema de no tener la certeza del tejido específico, no se puede etiquetar al método McKenzie como “un tratamiento para hernias”. Recordemos que las hernias son diagnósticos radiológicos y no clínicos y que por lo tanto no nos aportan información añadida a nuestro abordaje.

Lo que sí que parece que está relacionado con el disco es el fenómeno de la centralización (Donelson, April, Medcalf y Grant 1997,Laslett, Öberg, Aprill, McDonald 2005, Hancock et al 2007), que por otra parte es una de las características principales del Método McKenzie.

La centralización 
Definición
La centralización describe la reducción y desaparición progresiva del dolor distal en respuesta a la aplicación de las estrategias terapéuticas de carga (Figura 5). El fenómeno contrario es la periferalización. (McKenzie y May 2003)

La centralización, siguiendo las premisas del modelo ADTO, sería el criterio que identificaría a los pacientes que tendrían una respuesta mecánica rápida de los que no, es decir nos daría el diagnóstico de que es un problema mecánico, y además solo es posible en el síndrome de derangement.

Además nos da la dirección de preferencia (DP).

La dirección de preferencia es aquella en la que al aplicar la carga, los síntomas se reducen, eliminan o centralizan y/o mejora la presentación mecánica. Así pues el objetivo de nuestra valoración con el método sería la de identificar la dirección de preferencia, porque así tendríamos nuestro diagnóstico

En este artículo se ha presentado uno de los sistemas de valoración más utilizados en el mundo por los fisioterapeutas para abordar el dolor lumbar, el método McKenzie y cómo desde el punto de vista científico y con el apoyo de la literatura existente encaja dentro de la visión actual que ciencia y modelo médico/fisioterápico tienen del abordaje del dolor lumbar.

Este método eminentemente fisioterápico, fue desarrollado por un fisioterapeuta, y día a día aumenta evidencia sobre su utilidad a la hora de valorar y dar una clasificación/diagnóstico, un tratamiento basado en esa clasificación y por lo tanto la posibilidad de dar un pronóstico, elementos vitales para manejar este problema. El elemento clave en el desarrollo científico ha sido la centralización y la dirección de preferencia, que si bien no nos dan una causa pato-anatómica del problema sí que nos indica que es un problema que se afecta por la mecánica y que además puede corregirse con ella. Se ha puntualizado también cómo el método McKenzie va ligado al modelo discal, pero desde un punto de vista conceptual, pero que ha evolucionado a un abordaje basado en la respuesta a las estrategias de carga, independientemente de la causa subyacente.

Basado en las respuestas a nuestras valoraciones puede hacernos más fácil la tarea de enfrentarnos a este problema del dolor lumbar, sabiendo incluso discernir aquellos que presentan un problema psicosocial o no mecánico y cómo abordarlos por medio de la educación e implicación del paciente, enfatizando el autotratamiento por la necesidad de un abordaje a largo plazo. O simplemente aquellos que aún presentando un problema mecánico no puedan ser abordados con el método, lo cual nos da una fuerza mayor como profesionales, ya que el reconocimiento de nuestras limitaciones es lo que nos hace más fuertes.

PEPE G Dip MDT

Adrian Campo Cert MDT

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